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miércoles, 27 de febrero de 2013

DISCUSIÓN



El diseño de casos y controles permitió conocer el efecto de algunas variables que funcionaron como barreras en la utilización de servicios, y el de otras que facilitaron la detección oportuna de complicaciones en el embarazo.

Dado el pareamiento de casos y controles por complicación y lugar de atención, las condiciones que originan la búsqueda de atención y la calidad de la atención hospitalaria fueron semejantes en casos y controles. El pareamiento por edad permitió controlar el efecto de esta variable, estrechamente asociada con el riesgo de morir por causas maternas.25 

La paridad, otro factor muy asociado con el riesgo de muerte materna,25 no pudo controlarse desde el diseño, pues hubiera complicado excesivamente la identificación de los controles. Sin embargo, dado que se contaba con este dato, se
realizó el análisis, estratificando por esta variable.

Ciertamente el tamaño de la muestra fue la limitante más importante de este estudio, ya que el poder de la misma fue bajo: las diferencias en los riesgos de ambos grupos, inferiores a 6, no podían alcanzar significancia estadística con esta muestra. El reducido tamaño, problema común a todos los estudios de mortalidad materna,26 impidió también ajustar el efecto de variables confusoras.

Estas restricciones tienen consecuencias importantes para la validez de los resultados, la elaboración de conclusiones y las posibles sugerencias dirigidas a los responsables de programas, ya que ciertos factores que no alcanzan diferencias estadísticamente significativas pueden, sin embargo, estar desigualmente presentes en casos y controles, y ser de la mayor importancia. No obstante, el tamaño de la muestra impide demostrar fehacientemente estas diferencias.

Esta limitante es hasta cierto punto inevitable y se debe, por lo menos, a dos factores. En primer lugar, la baja frecuencia de las muertes maternas como fenómeno poblacional obliga al investigador a decidir entre reclutar los casos a lo largo de un periodo muy amplio -con los consecuentes problemas de confiabilidad de la información-, o restringirse a una muestra pequeña. En este caso, se optó por esto último.

En segundo término, el poder difícilmente se puede mejorar mediante el incremento en el número de controles. En efecto, la identificación de controles es una tarea ardua y compleja en instituciones de salud que, como aquéllas en las que se reunió la muestra para este estudio, cuentan con historias clínicas que aportan poca información, siendo ésta de calidad cuestionable.

Las condiciones de vivienda y de hacinamiento, indicadores del nivel socioeconómico, se identificaron como factores asociados a la muerte materna en este estudio.

El bajo nivel socioeconómico se encuentra sistemáticamente asociado a un mayor riesgo de muerte infantil y materna.26
El momento en que se decide buscar atención médica puede estar determinado por la percepción de la gravedad de la complicación. Sin embargo, en esta investigación no se encontraron diferencias a este respecto entre casos y controles.

El hecho de vivir en pareja fue un factor protector contra la muerte materna. La presencia del compañero podría influir en la decisión de emplear métodos anticonceptivos27 y de asistir a servicios curativos. El proceso por el cual el uso de anticonceptivos logra un efecto protector sobre la mortalidad materna no es claro, salvo por una reducción en el número de nacimientos. Su empleo puede considerarse como un indicador de autocuidado: en general, las mujeres usuarias de
anticonceptivos tienen más información sobre la salud y un mayor contacto con los servicios.28

La asistencia a control prenatal permite la detección oportuna de complicaciones en el embarazo y es, por lo tanto, esencial para la salud de la madre. Es notable, en este estudio, que un 24 por ciento de la muestra no asistiera a control prenatal en ninguna ocasión. Este porcentaje supera el promedio nacional de 13 por ciento.28 No se encontraron diferencias en el número de visitas a control prenatal de casos y controles. Sin embargo, el momento del embarazo en que se asistió a control prenatal sí se relacionó con la muerte materna: en promedio, los controles acudieron a atención prenatal dentro del primer trimestre del embarazo, mientras que los casos retrasaron la primera visita hasta el segundo trimestre.

Podría argüirse que la asistencia a control prenatal está determinada por la presencia de complicaciones; sin embargo, en este estudio los casos y controles estuvieron pareados por complicación. El tiempo de embarazo podría influir también sobre el momento en el que las mujeres acuden a control prenatal por primera vez. No obstante, en esta investigación no hubo diferencias en la duración de la gestación en ambos grupos. Al parecer, la asistencia más temprana al control prenatal permitió efectivamente detectar y tratar complicaciones más oportunamente. 
Con respecto a la utilización de los servicios de salud, los resultados indican que los aspectos relacionados con la búsqueda y obtención de la atención, son los que tienen un efecto mayor sobre la mortalidad materna. Así, un importante factor de protección fue recibir la atención en el primer lugar en donde se solicitó. La fracción etiológica para esta variable indica que si todas las mujeres del estudio hubieran recibido tan oportunamente la atención, la mortalidad materna se habría reducido en un 82 por ciento.

Por último, estos resultados apuntan en una dirección semejante a la de otros trabajos sobre el tema: las malas condiciones de vida incrementan sustancialmente el riesgo de morir durante el proceso reproductivo, y la reducción de la mortalidad materna sólo podrá lograrse con la participación de distintos sectores de la sociedad.29,30 Así, los resultados de este estudio confirman que la mortalidad materna hospitalaria estuvo estrechamente asociada con la accesibilidad a los servicios de salud y, en el caso de haber complicaciones, con la oportunidad con que se recibió la atención médica, aspecto claramente asociado con el nivel socioeconómico. Las mujeres con más recursos para detectar problemas en el embarazo y atenderlos a tiempo, tuvieron mejores perspectivas de sobrevida. 
Con estos resultados se pueden recomendar estrategias de prevención de la mortalidad materna hospitalaria, que incluyan la detección temprana de complicaciones -mediante control prenatal al inicio del embarazo-, y la atención oportuna de las mismas, así como todos los factores que afectan el acceso y la utilización de los servicios de salud. Los programas conformados con estos elementos y acompañados de estrategias intersectoriales que influyan favorablemente sobre otros factores asociados con la mortalidad materna, ciertamente tendrán resultados muy positivos.



Perú reduce mortalidad materna e incrementa atención prenatal



Viernes, 11 de Mayo 2012 


Por décadas el Perú se ubicó entre los tres primeros países con mayor tasa de mortalidad materna en América Latina (185 por cada 100 mil nacidos vivos) por lo que ese problema de salud pública ha sido considerado como una prioridad sanitaria.
Sin embargo, en la actualidad, la mortalidad materna en el país ha bajado a 93 por cada 100 mil nacidos vivos.

De esa manera, se estima que el Perú será el único país de la región que llegue a cumplir las metas de desarrollo del milenio, por la significativa reducción que registra en los últimos 10 años:
•    Una de las cifras que reflejan ese avance es el incremento del parto institucional (que se efectúan en los centros de salud de todo el territorio) de 57,5% en el año 2000, a 84,5% en el año 2011.
•    Siendo más notable en la zona rural donde se incrementó de 24% en el 2000 a 63,9% el año pasado, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
•    La atención prenatal también se ha incrementado entre los años 2000 y 2010 de 82,6% a 94,7%, respectivamente.
•    En relación a las gestantes que recibieron seis o más atenciones prenatales, este indicador aumentó en todo el país de 50,6% en el año 2000, a 83,5% en el 2011. En la zona rural ese incremento fue de 29,9% a 76,3% en el mismo periodo.
Fuente: Minsa

COMO SE SOLUCIONA?


La incidencia de muertes maternas tiene una distribución mundial desigual que refleja las diferencias entre ricos y pobres. El riesgo de muerte materna a lo largo de la vida es de 1/75 en las regiones en desarrollo y 1/7300 en las regiones desarrolladas; en el Níger es de 1/7, mientras que en Irlanda es de 1/48 000.


El 99% de las muertes maternas que se registran en el mundo corresponden a los países en desarrollo. Más de la mitad tienen lugar en el África subsahariana, y un tercio en Asia Meridional. La RMM es de 450 por 100 000 nacidos vivos en las regiones en desarrollo, y de 9 por 100 000 en las regiones desarrolladas. Catorce países tienen RMM iguales o superiores a 1000; exceptuando el Afganistán, todos ellos se encuentran en el África subsahariana: Angola, Burundi, Camerún, Chad, Guinea Bissau, Liberia, Malawi, Níger, Nigeria, República Democrática del Congo, Sierra Leona, Somalia y Rwanda.(2)
Además de las diferencias entre países, también hay grandes disparidades dentro de un mismo país entre ricos y pobres, así como entre poblaciones urbanas y rurales.

De qué mueren las embarazadas


Hay numerosas causas directas e indirectas de muerte durante el embarazo, el parto y el puerperio. A nivel mundial, aproximadamente un 80% de las muertes maternas son debidas a causas directas. Las cuatro causas principales son las hemorragias intensas (generalmente puerperales), las infecciones (septicemia en la mayoría de los casos), los trastornos hipertensivos del embarazo (generalmente la eclampsia) y el parto obstruido. Las complicaciones del aborto peligroso son la causa de un 13% de esas muertes. Entre las causas indirectas (20%) se encuentran enfermedades que complican el embarazo o son agravadas por él, como el paludismo, la anemia, el VIH/SIDA o las enfermedades cardiovasculares.

Cómo salvarles la vida

Mujeres embarazadas en un centrto de maternidad en Senegal
OMS / Marie-Agnes Heine
La mayoría de las muertes maternas son evitables, pues existen soluciones terapéuticas o profilácticas para sus principales causas. La atención especializada al parto puede suponer la diferencia entre la vida o la muerte. Por ejemplo, una hemorragia intensa no atendida en la fase de expulsión de la placenta puede matar, incluso a una mujer sana, en dos horas. Una inyección de oxitocina administrada inmediatamente después del parto es muy eficaz para reducir el riesgo de hemorragia.
La segunda causa más frecuente de muerte materna, la septicemia, puede reducirse mucho si se utilizan técnicas asépticas. La tercera, la preeclampsia, es un trastorno hipertensivo del embarazo bastante frecuente, pero que se puede vigilar; aunque no se puede curar totalmente antes del parto, la administración de medicamentos como el sulfato de magnesio puede reducir el riesgo de convulsiones (eclampsia) potencialmente mortales. Otra causa frecuente de muerte materna, el parto obstruido, puede ser evitada o tratada por asistentes de partería cualificados. El parto obstruido se produce cuando el feto tiene una posición anormal o su cabeza es demasiado grande para el tamaño de la pelvis materna. Un instrumento simple para identificar tempranamente los problemas del parto es el partograma, un gráfico de la progresión del parto y del estado del feto y la madre que el personal cualificado puede utilizar para identificar la progresión lenta antes de que se produzca la obstrucción y tomar las medidas necesarias, entre ellas la cesárea.


Indicadores de la mortalidad materna


Para conocer la incidencia de la mortalidad materna se debería relacionar las muertes
maternas con el conjunto de mujeres dentro del cual ocurren estas muertes. Desde que
se consideran muertes maternas a las ocurridas durante el embarazo, parto o puerperio,
el grupo de mujeres dentro del que se producen las muertes maternas serían todas las
embarazadas, no obstante, en reemplazo de éstas se considera: los nacidos vivos, las
mujeres en edad productiva y las mujeres expuestas al riesgo de muerte materna, cada
una de estas alternativas dan origen a los siguientes indicadores de la mortalidad
materna:
Tasa de mortalidad materna, es un indicador que relaciona la muerte materna con todas
las mujeres en edad fértil. Si bien es cierto que ésta es una solución operativa a las
dificultades que entraña el cálculo del número de embarazos, es de advertir que esta
forma de trabajo subestima la tasa de mortalidad materna desde que no todas las
mujeres en edad reproductiva están expuestas al riesgo de embarazo y muerte materna.
Razón de mortalidad materna, se calcula dividiendo las muertes maternas con el
número de nacidos vivos, ambos ocurridos en el mismo período de tiempo. El principal
efecto sería la sobre-estimación de la incidencia de mortalidad materna, desde que el
denominador se ve reducido debido a que no todos los embarazos terminan en un
nacido vivo ya que algunos concluyen con un aborto o con nacido muerto. Las
distorsiones que se introducen en este caso están vinculadas a la estructura y nivel de
la fecundidad, así como a la estructura por edad de las mujeres en edad reproductiva.
Probabilidad de morir por causa materna, es un indicador de cohorte o de
“generaciones” y se refiere a la probabilidad que tiene una mujer de morir por causa
materna durante el período reproductivo, en este caso se debe precisar el grupo o
cohorte inicial de mujeres expuestas al riesgo de morir por estas causas, en teoría
tendrían que ser todas las mujeres que cumplen los 15 años de edad.

A QUE SE DEBEN LAS MUERTES MATERNAS?


CAUSAS


A nivel mundial, aproximadamente un 80% de las muertes maternas son debidas a causas directas. Las cuatro causas principales son las hemorragias intensas (generalmente puerperales), las infecciones (septicemia en la mayoría de los casos), los trastornos hipertensivos del embarazo (generalmente la eclampsia) y el parto obstruido. Las complicaciones del aborto peligroso son la causa de un 13% de esas muertes. Entre las causas indirectas (20%) se encuentran enfermedades que complican el embarazo o son agravadas por él, como el paludismo, la anemia, el VIH/SIDA o las enfermedades cardiovasculares.
Las principales razones por la que las mujeres embarazadas, en especial en zonas de áreas rurales, no acuden a los establecimientos de salud para recibir atención materna-infantil, incluyen el costo, temor, el mal trato recibido, el tiempo de espera, vergüenza y distancia al centro asistencial más cercano.
En 2006, sólo un 60% de los partos que tuvieron lugar en países en desarrollo contaron con la presencia de asistentes de partería cualificados. Eso significa que unos 50 millones de partos domiciliarios no contaron con dicha asistencia. La cobertura oscila entre el 34% en África Oriental y el 93% en Sudamérica. Mas alla de las causas o entidades patológicas que desencadenan el fallecimiento, existen 2 factores que condicionan de manera trascendente la muerte de una mujer durante el embarazo, parto y puerperio y estas son: Inoportunidad o retraso en el diagnostico y/o instalación de tratamiento.




CAUSAS DE MORTALIDAD MATERNA EN EL MUNDO PAÍSES EN DESARROLLO

Hemorragias
25%
Sépsis
15%
Aborto
13%
Eclampsia
12%
Parto Obstruido
8%
Otras causas directas
8%

(Ectópico, embolismo, anestesia).



Las causas médicas de las muertes maternas se han clasificado en causas obstétricas
directas e indirectas. Las primeras se refieren a las complicaciones del embarazo o el parto, estudios realizados han permitido comprobar que en los países subdesarrollados las causas más frecuentes son: hemorragia, infección, toxemia, parto obstruido y aborto inducido, siendo este ultimo el que presenta mayor sub registro y posiblemente está más expuesto a sufrir complicaciones. En cuanto al segundo grupo se refiere a enfermedades que se agravan con el embarazo y la falta de atención especializada.




QUES ES UNA MUERTE MATERNA?


INTRODUCCION



Se define como toda defunción de una mujer ocurrida durante el embarazo, el parto o los 42 días siguientes a la terminación de la gestación, por causas relacionadas o agravadas por ésta, pero no por causas accidentales o incidentales. Entre los múltiples factores que influyen en la ocurrencia de estas muertes, la atención hospitalaria es uno de los más importantes. En efecto, la existencia de servicios prenatales y perinatales accesibles y de buena calidad, parece ser un factor derterminante en la reducción de la mortalidad materna. Así lo demuestra la experiencia de algunos países en desarrollo como Costa Rica y Cuba que, a pesar de encontrarse en condiciones socio -económicas desfavorables, similares a las de otras naciones latinoamericanas, han alcanzado tasas de mortalidad materna ostensiblemente más bajas.

Asimismo, la utilización de métodos anticonceptivos se ha identificado como un factor protector contra la muerte materna, al reducir la exposición al riesgo del embarazo. Por otra parte, el uso de estos métodos es un indicador de autocuidado por parte de la mujer, de su nivel educativo y del contacto que tiene con los servicios de salud.